Nueva España, 1578.- Para ese año, el México de la historia moderna comenzaba -incipientemente- a edificarse entre otras maneras, a través de la evangelización. Una nueva cultura, dogma religioso y fe se impartían en las plazas públicas, en los colegios de ricos, entre la gente indígena y en cada rincón de la colonia. Media docena de años habían pasado desde su llegada a la Nueva España, en 1572 y los Juesuitas habían afianzado ya, por lo menos hasta ese momento, su estancia en la zona más importante de toda América.
El de 1578, fue el año dorado de las festividades de esta orden religiosa en la ciudad de México, pues “se convirtió en escenario de los extraordinarios festejos organizados por la Compañía de Jesús con motivo de la llegada desde Roma de unas reliquias enviadas por el papa Gregorio XIII. Los jesuitas lograron ofrecer en aquellos días una determinada imagen de la sociedad novohispana” a través de mecanismos que hacían notar la importancia de éstos en la sociedad que se gestaba, así lo dice Beatriz Aracil Varón Doctora en Filología Hispánica.
Poco antes de las festividades en la capital, en Puebla, la segunda ciudad colonial más importante de la época, se fundaba El Colegio Carolino del Espíritu Santo, fundado por un comerciante acaudalado de nombre Melchor de Covarrubias y dirigido también por la orden de la Compañía de Jesús. Mismo que, tras la expulsión de las órdenes Jesuitas del país en1765 y su retorno en 1819, los Jesuitas reorganizaron sus colegios, estableciéndolos en el espíritu santo con el perdurable nombre de Colegio Carolino ó Real Colegio Carolino del Espíritu Santo, San Jerónimo y San Ignacio.
Modificaciones en el nombre, sobrevinieron a través de los años, y hoy el Carolino es considerado Patrimonio Universitario Arquitectónico, de la Benemérita Universidad Autónoma del Estado de Puebla (BUAP). Más que por su belleza y antigüedad, por la emblemática historia que se escribió en él y su contexto en el tiempo.
¿Quieres conocerla?
El edificio Carolino, es una de las más importantes construcciones en la histórica zona centro de la ciudad de Puebla, misma que ha sido considerada Patrimonio de la Humanidad por la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (UNESCO por sus siglas en inglés). Cuatrocientos treinta y tres años han pasado desde su fundación en la 4 sur 104 y la belleza del lugar permanece intacta, aunque no así su historia.
Primero en manos de Jesuitas, después en las del Congreso del Estado, el rescatado edificio Carolino funciona como sala de exposiciones, eventos culturales y sociales, atractivo turístico entre otras cosas. Instaladas allí, se encuentran las oficinas del área administrativa de la máxima casa de estudios del estado, a quien pertenece el recinto.
La estructura que posee en la actualidad, no es la misma con la que abrió sus puertas como colegio del Espíritu Santo, de hecho se dice que comenzó siendo un conjunto de casas en buen estado que Melchor de Covarrubias donó a una orden de Jesuitas para la creación del mismo. Al cual debieron hacerles algunas modificaciones para la interconexión y el mejor funcionamiento, para hacer de él un sólo complejo.
Estas modificaciones se crearon a partir de una nueva corriente estilística promovida particularmente en Italia, llamada manierismo o manierista, nombrada así por el intento que hace el artista por plasmar en la obra su “maniera”. Y que dotan al edificio con pilares, arcos de medio punto, cornisas, enmarcamientos en las ventanas, la balaustrada y los remates, grisáceos todos, hechos en cantera.
LOS PATIOS
El Salón Barroco, el Paraninfo, la biblioteca Lafragua y cuatro patios, son los sitios más importantes dentro del Carolino, del cual, el patio primero o El Primer Patio es la construcción más antigua y funcionó de primera intención como claustro. Pero de 1815 a 1833 se utilizaba para almacenar pólvora, hasta que un día causó una explosión que causó daños en algunas paredes y ventanas que se mantienen preservadas hasta hoy para atestiguar el hecho.
El segundo patio conserva la intención original, sigue siendo un Jardín. Se cree que éste era una especie de huerto, donde los jesuitas plantaban los frutos necesarios para su consumo. Las plantaciones actuales son de ornato, jóvenes y se desconoce su edad, pero se sabe que ninguna pertenece a las proveedoras de los jesuitas.
El tercer patio tiene en el centro una fuente de tres niveles, propias de la época y estilo. Se accede por medio del vestíbulo que conduce de igual manera al cuarto patio.
EL SALÓN PARANINFO
“El Paraninfo” en realidad era un maestro de ceremonias que iniciaba con la clase, así se le conocía a este personaje y por esta razón se decidió nombrar de manera homónima el salón en el que hoy se festejan distintos tipos de eventos; conferencias y proyecciones sobre temas variados.
Fue allí, en un ambiente animado entre el olor a maderas finas y la historia, donde en el año 2000 se le otorgaría el doctorado Honoris Causa al desaparecido historiador y revolucionario pensador Carlos Monsiváis Aceves.
Allí, en ese mismo Paraninfo ostentoso a cedro y caoba, alberga vigilante y en lo alto al dogmático Santo Tomás de Aquino.
Allí, en el Paraninfo mismo que resguarda celosamente el escudo de armas de la ciudad de Puebla.
EL SALÓN BARROCO
El salón Barroco se construyó originalmente como capilla doméstica dedicada a San José. Resguardada por una denominación angelical llamada “Atlantes” quienes emanan de sus abiertas bocas sólidos lienzos infinitos, que representan precisamente eso, el no finito poder celestial.
Ahora, es la Sede del Consejo Universitario y para cumplir con esta función, fue finamente modificado con hileras de sillas y retablas, que rodean el lugar.
BIBLIOTECA LAFRAGUA
La Biblioteca Histórica José María Lafragua es incluso,más grande que la Biblioteca Palafoxiana, ubicada también en Puebla y Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Recibe su nombre “el 16 de septiembre de 1885 en que se declaró el carácter público de la biblioteca y el momento en el que ésta recibió el honroso nombre de uno de los poblanos más sobresalientes del siglo XIX, literato y brillante político egresado del mismo Colegio del Estado: don José María Lafragua”. Según se publica en la página de la misma.
La obra, más antigua que posee de los 4300 libros que alberga es “La Ópera Medicinaria” que data del año 1570, apenas pasada la primera mitad del siglo XVI.
En ella, se pueden encontrar desde manuscritos y papiros, hasta literatura contemporánea. Sin embargo, por la antigüedad, la importancia y los estrictos, además de necesarios, controles de preservación y cuidado, muchos de estos, no se pueden manipular por el público en general. Aunque dentro de la biblioteca encontramos una sala de lectura que incluso se ha utilizado par algunas clases-talleres con grupos reducidos de personas.
El cuidado de esta biblioteca es riguroso y cuenta con tecnología que ayuda a mantener las condiciones imprescindibles para el buen estado de los documentos que allí se refugian. La temperatura ideal con la que se mantiene es de 19 grados centígrados y la abrazan gruesos muros de concreto, y puertas cerradas para que evitan el paso del calor, la humedad, polvo, frío y distintos contaminantes que pueden dañar significativamente la colección. Por esta misma razón los especialistas al cuidado de las piezas, tienen normas rigurosas en su proceder, tales como el uso de bata, guantes de látex y lentes.
La biblioteca Lafragua está abierta al público que guste de la lectura, guardar silencio, orden y respeto.
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solo les comento que su cronica tiene una serie de errores históricos, pues en 1578 se fundo la casa de la orden de la compañía, y el edificio actual, inicio su construcción hasta el siglo xvii en 1744, y se concluyo en 1767. aparte de otros errores que implicarían reescribir toda su crónica.