Por Neyva De Ita
Al tradicional día de muertos se hizo el festival Tamalista, una procesión que lleva en sus espaldas calaveras gigantes y danzantes. Como medio para propiciar esta tradición tan mexicana, el Colectivo Los Tamalistas organiza la procesión del Día de Muertos en donde creadores independientes tienen la oportunidad de mostrar sus trabajos.
Esta vez no pudo esperarse más. El pasado sábado 2 de noviembre, la 5ª edición comenzó a las 18:00 horas. partiendo de donde los mariachis tocan su son; rodeó las calles del boulevard 5 de mayo hasta llegar a la plaza central; el zócalo.
El recorrido se encontraba lleno de danza, música, teatro, artes pláticas y visuales, todo esto, resultado de una convocatoria abierta para artistas, agrupaciones y colectivos de arte.
A lo lejos sonaban tambores y ritmos salidos de las tumbas, recuerdos y memorias de rastros ajenos, de los que ya no están, con olor a fuego y flor. La gente se hizo presente, aplausos, risas y por supuesto, el zapateo no podía quedarse atrás. Fue una noche de gozo y gran devoción; un momento en que la diferencias de actuar se esfumaban sin pensar. La gente unida, bailando, gritando y haciendo ruido para que todos se divertirán y pasaran un buen rato.
Es así como la calles de Puebla se convirtieron en el testigo y mejor escenario para que calaveras monumentales de papel maché danzaran esqueléticamente y sin pudor alguno, invitando a todo aquel capaz de unirse a la labor a disfrutar del buen folklor. ¿La recompensa? Unas tortas de tamal, música en vivo, baile y fruta de a montones.
Engalanados sean todos los años con este festival que nos lleva a mover lo pies, y es que al final de todo, sin más rencor, como dirían por ahí “se oye mal, pero descansa el animal”