Puebla y su Fundación (Parte III Final)

Shecko El Chambiador
escrito por Shecko El Chambiador

Buen dia estimados les presento la última parte de la fundación de Puebla; léanlo y voten si todo este chismógrafo cultural les gustó, continuamos:

– La formalización de la Puebla de los Ángeles.

Delegado por la propia Segunda Audiencia, los trabajos iniciales quedaron al cuidado de Hernando de Elgueta, colono de la región, conocido como “hombre de buen entendimiento y experiencia”. Elgueta era encomendero, pero los oídores justificaron su designación declarando que no habían encontrado a otro españo ¡a que les suena!  “con las calidades que se requerían para el efecto de dicha población”. Y debido a que recibía tributo de los indígenas, no se le otorgo salario, menos mal, como se dice en el argot en arcas llenas hasta el mas fiel peca.

 

El Importante papel desempeñado de Elgueta en los inicio de la historia poblana, quedo asi resumido por lo oidores:

            “…El trazó el dicho lugar y edificó el dicho pueblo con sus casa publicas e iglesia, y cincuentas casa de vecinos españoles, todo los más de madera y algo de ello de adobes, por no dar trabajo a los indios de hacerlas en piedra…”

Dibujo de la plaza

En calidad de Justicia Mayor, con el titulo de corregidor, Hernando de Elgueta presidió el Ayuntamiento de La Puebla de los Angeles hasta que en 1534 concluyeron sus funciones. Permaneció dentro de la ciudad, hasta su muerte en 1542, heredando sus bienes a su hijo Martin López de Elgueta.

El 16 de de abril de 1531, se oficio la primera misa de la cual se conserva referencia a través de el relato de Fray Toribio de BenaventeMotolinía”. El acto solemne con que, inició oficialmente, el primer Cabildo formalizó la fundación de la ciudad, tuvo lugar el 29 de septiembre, su víspera el 28, día de San Miguel Arcángel patrono de la población.

Placa del Ayuntamiento

El mismo 29 de septiembre tuvo el verificativo el cambio de centro urbano, trasladándose los colonos y la sede del Cabildo, de la banda oriental a la occidental del rio de San Francisco. Esta mudanza se debió a las ventajas que ofrecía asentar la población un plano menos inclinado y a salvo de las crecidas de la corriente de agua.

Para el 27 de marzo, El Guardián del convento franciscano de México, fray Luis de Fuensalida, había escrito a la Reina de España, Isabel de Portugal elogiando la obra de la Segunda Audiencia, en estos términos:

“…también sepa Vuestra Majestad cómo nuevamente se ha comenzado a hacer un pueblo de cristianos, todos labradores, y granjeros. Han mucho acertado estos Oídores, y cierto por su buen celo, Dios los alumbra y alumbrará. Son los dichos labradores tan pobres que para comenzar  sembrar y poderse mantener se les preste, pienso, de que nueve a diez fanegas de maíz. Deseamos que se les hiciese merced de esta tan poca cosa para su Majestad y para ello tan grande; porque la tal limosna será a Dios muy apacible, y de nosotros los frailes será el pagarla con misas y sacrificios, así por los vivos como por sus difuntos…”

Como puede citarse de la carta de fray Luis de Fuensalida, la situación a la que se enfrentaron los primeros colonos de La Puebla de los Angeles fue en extremo de incertidumbre.

 

– La primera obra colectiva de Puebla y religiosos.

El desarrollo religioso lo formaron frailes franciscanos residentes de Cholula, cuyo guardián fue Fray Francisco de soto. Se establecieron en casa cercanas en la zona oriental del arroyo.

De los colonos, con constancias de la época de la fundación , se recogen los nombre de Alonso Martín Camacho, Juan de Yepes, Martin Alonso de Mafra, Pedro Gallardo, Juan Gómez de Piedra Parda, Hernán Sánchez, Alonso González, Gutiérre Maldonado, Alvar López, Melchor Gómez, Juan de Vargas, Marina Muñoz viuda de un soldado apellidado Prieto, y el ya citado Hernando de Elgueta, que adquirió carta de vecindad.

De mediados de mismo año de 1531 a fines de 1532, consta la presencia de veintiún pobladores más en el acta. En este lapso de tiempo, la decisión y fortaleza de los colonos a la escasez de los medio de producción, sumados a las lluvias torrenciales agravaron la yà de por si situación precaria de la ciudad. A esto escribió Fray Toribio de Benavente “Motolinía”:

“…era esto al principio de la aguas y llovió mucho aquel año. Y como el pueblo aún no estaba sentado ni pisado, ni dadas las corrientes que convenía, andaba el agua por todas las cosas, de manera que había muchos que burlaban del sitio y de la población… Después estuvo esta ciudad tan desfavorecida, que tuvo que despoblarse. Ahora ha vuelto en si y es la mejor ciudad que hay en toda la Nueva España después de México…”

La distribución de los solares (áreas verdes), la construcción de la primera capilla, en suma, el trazado urbano y sus elementos materiales de composición, se llevaron al cabo la dirección personal del Corregidor.

Al inicio fueron cincuenta solares para casas e iglesias, con ayuda de indígenas de Tlaxcala y Cholula, no en mas de diez mil como escribió Motolinía con clara exageración, y pues como no tenían con que financiarse de algún modo ¿mentira piadosa? puede ser, si no de mil cuatrocientos como se lee en documentos de aquel tiempo, explicando los motivos que movieron a la Segunda Audiencia a servirse de la mano de obra de los indígenas, los Oídores escribieron:

“…para que los pobladores se animen a trabajar y hacer lo que pensamos que hagan, nos ha parecido que les debemos dar algunos indígenas de la comarcas; a algunos, diez, y a otros, quince; y a otros, veinte; y a otros , treinta, para dos efectos: lo uno para los españoles; lo otro, para que estos españoles los instruyan y enseñen a tratar la agricultura, de los que redundará muy gran a servicio a Vuestra Majestad, porque si los naturales (Nacidos) de estas partes tuviesen policía e industria, después de esto fácilmente se harían grandes labranzas y crías de que habrían muy grande comercio…”mmm justificando un mal por otro …

Concluían informando que sus ensayos sociales y económicos despertaban alegría y enojo de los españoles encomenderos y algunos frailes, faltos de “animo”, a quienes asi pintaban:

“…están tan azorados de ver que no encomendamos indios y tan desosegados por la remociones que hemos hecho, que conforme a esto sus espíritus nunca están sosegados si no en juicios vanos y falsos… mas nosotros no dejaremos de efectuar lo que Vuestra Majestad nos mandó, y todo el tiempo ocuparlo en animarlos con buenos tratamientos de palabra, buenas esperanzas de las mercedes que Vuestra Majestad les ha de hacer, y dar orden para que la tierra se cultive y rompa para que de fruto y se use la labranza y crianza que hasta ahora no se ha hecho…”  diríamos otra vez: las molestias son “temporales” ¿los beneficios son para siempre?

Cuenta la historia que este es el lugar en que se fundo la ciudad de Puebla el 16 de abril de 1531, pero debido a que ese año llovió mucho se desbordó el Rio San Francisco el cual tenía su cauce cerca de este lugar, por lo que los habitantes decidieron cambiar el centro de la ciudad a su emplazamiento actual más al poniente.

– Concesiones y privilegios de la Nueva España.

Para agosto de 1531, Don Juan de Salmerón se dirigió al Consejo de Indias solicitando mercedes y privilegios especiales para La Puebla de los Angeles. A la vez, exigió la aprobación real para emprender diversas obras de beneficio común.

Primero pidió que la nueva población se le concediera el titulo de ciudad y se erigiera en cabeza de Obispado, dándole oficialmente el nombre de Ciudad de los Angeles, con el que el propio Salmeròn la había ya particularmente bautizado.

Segundo, el destacar la convivencia de conceder a los vecinos de La Puebla de los Angeles, como a los de las demás poblaciones que se siguieran fundando, la liberación temporal de impuestos sobre las primeras ventas de los productos del campo..Sí, como no 

Dichas solicitudes, la Corona española determinó conceder el titulo de Ciudad a la Puebla de loa Angeles; otorgar el privilegio para que sus vecinos no pagaran impuestos personales y comerciales durante treinta años, a partir de la fecha del acuerdo; autorizar a la Segunda Audiencia a actuar libremente sobre el destino de la tierras que caían en términos de Totomihuacan; y dar visto bueno a los sitios señalados para ventas y mesones en el camino de México a Veracruz, que cruzaría por Puebla.

El título de Ciudad, la liberación temporal de impuestos, quedaron formalizados en la Cédula de la Reina gobernadora, fechada en la Villa de Medina el 20 de marzo de 1532. Se recibió con considerable retraso y fue hasta el 25 de febrero de 1533 cuando Salmeròn recibió  los miembros del Cabildo poblano en un acto solemne.

Cédula Real del Palacio

– Culminación de la Obra.

En nombre de la Segunda Audiencia Don Juan de Salmerón fortaleció la situación de la naciente comunidad al sentar las bases agrícolas de la economía local. Sin perjuicio de los indígenas, señalo las tierras de labranza que otorgó a los vecinos en calidad de patrimonio perpetuo, delimitando una extensión “vírgen y no trabajada desde tiempo inmemorial”  que se localizó en el Valle de Huaquechula Vieja. Su clima cálido la hacia propicia para el cultivo del trigo, viñas y huertas. Los españoles recibieron de una a una y media caballerías (diez y quince fanegadas de trigo de sementera) que hoy equivaldrían a seis o siete hectáreas.

Al mismo tiempo, se impulsó firmemente la urbanización de la ciudad. Don Salmerón convocó a los caciques de la región y a los guardianes de los conventos de Tlaxcala, Cholula, Huejotzingo y Tepeaca, frailes Luis de Fuensalida, Diego de Santa Cruz, Jacobo de Testera y Alonso Xuarez, respectivamente; y se firmó un convenio comprometiéndose los indígenas a trabajar en la construcciones civiles y religiosas, a cambio de no pagar tributo durante el tiempo que representaran sus servicios; que bueno que ya existían sus derechos.

Cada vecino pudo disponer de treinta indígenas para levantar su casa, en un plazo de tres meses, y de otros veinte servidores, para preparar los campos de cultivo, sin especificación de tiempo en que las faenas se darían por concluídas. Se trataba del repartimiento temporal que Salmerón consideró necesario imponer buen voluntariado a los indígenas ante la urgencias de retener a los colonos de cualquier costa. No fue posible llevar a la práctica el proyecto inicial que aspiraba a fincar el desarrollo económico económico en el solo esfuerzo de los españoles.

Entre diciembre de 1532 y abril de 1533, el licenciado Salmerón volvió a La Puebla de los Angeles para encauzar las obras de las tierras comunales. Al año siguiente, el 15 d marzo de 1534, la segunda audiencia  informo al ayuntamiento poblano que Salmerón por la ciudad con destino a España en abril de 1533 hacia la villa de Colmenar el viejo en la provincia de Madrid dando informe de los dos lados del charco que hacia cada uno para el beneficio mutuo de las gestiones hasta 1548, con el peso de los años se retiró jubilado a la vida privada, desempeño el cargo de miembro del consejo de indias. Hasta su muerte, siguió con interés el desarrollo de la futura Angelópolis, que había sido creada con impulsos económicos, sociales y políticos proyectándola mas alla de la extensa región de la que se asienta.

Representación de la administración

Asi es mis estimados, pues esta fue una breve sinopsis de lo que fué la creación de nuestra ciudad «La Puebla de los Ángeles» donde se expresa la forma de ver, interpretar nuestro pasado de una manera lo más general y específica posible, esperando le haya gustado aquí concluyo esta parte de nuestra identidad poblana y como dicen por ahí,  NEXT!  nos seguiremos leeyendo en las siguientes exposiciones dando mas curiosidades de nuestra Angelópolis.

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